miércoles, 16 de noviembre de 2011
Como montar en bicicleta
El talento no es como montar en bicicleta.
La escritura no es como montar en bicicleta.
El amor no es como montar en bicicleta.
La infancia no es como montar en bicicleta. Otra cosa es que montes en bicicleta durante la infancia.
Basándome en mi experiencia personal, ni siquiera montar en bicicleta es como montar en bicicleta. Si no lo haces en diez años, te haces un lío y te caes.
martes, 28 de diciembre de 2010
Hombre de 30 vale por dos
“El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”. Eso le decía Ingrid Bergman a Bogart con el brillo del mejor colirio de los años 40 en los ojos, mientras flotaba en el ambiente un olor lejano a carne quemada. La historia de siempre, pequeños aconteceres propios que restan brillo a la bien pulida mierda colectiva. Ahora lo conocemos como “la importancia de las pequeñas cosas”. Detalles personales que tan únicos y especiales nos hacen sentir. A veces me acojona la manera en que nos soltamos tópicos los unos a los otros para intentar ser diferentes.
A tres horas del desastre, mi “pequeña cosa” es el tiempo. El que me queda y el que ya ha pasado. 30 años, el momento perfecto para escribir sobre lo que quería hacer y aún no he hecho. Precisamente, si hubiera hecho lo que tenía que hacer ahora estaría hablando desde el altar de la condescendencia sobre Wikileaks, la corrupción, la injusticia, los políticos, el amor y la comida basura. Susurrando a la conciencia del guapo de la clase que “lo más importante que me ha pasado en la vida es aprender a leer”. Pero no, resulta que eso no va a pasar en esta vida. Y no porque me esté muriendo (al menos no en el sentido más apremiante de la expresión), sino porque cumplo 30 y aún no he hecho nada. Diría “casi nada”, pero el asunto va de autoflagelación.
Mientras apuro el tiempo de descuento de los veintipico, mira tú por donde que me ha dado por escribir otras dos listas. La primera es de las que no llevan a ninguna parte en el mejor de los casos, y al insatisfactorio pasado en todos los demás: la lista de las cosas que me hubiera gustado ser antes de los 30. La segunda es una declaración de intenciones, una apuesta a lo que no quiero ser dentro de diez años: cosas que puedo llegar a ser a los 40. Ahí vamos:
Cosas que me hubiera gustado ser antes de los 30
1- Guapo de cojones. Bíceps de acero, abdominales de estatua renacentista y sonrisa de medio lado. El resto se puede operar o asumir. De todos modos, ¿a quién cojones le importa la nariz o las orejas cuando se te marcan los abdominales a través del edredón?
Una pena que dejara de hacer deporte casi antes de empezar, y que no vaya al gimnasio aunque esté en el bajo de mi casa porque me da mucho asco el calorcito producido por el sudor ajeno. Imagino que a ti lector también te dará asco, pero si tienes suerte lo habrás atribuido hasta ahora a las luces o la calefacción. En ese caso, olvida lo que has leído y vive este sueño por mí.
2- Escritor de los buenos. De los que la masa odia mientras que a la crítica acertada se la pone dura. “Publiqué mi primera novela a los 23, después de una horrible colección de cuentos que escribí hasta los 19. Dicen que ahora es una lectura de culto, pero a mí me da mucha vergüenza volver a leerlos”. Este plan. Se me escalofría el espinazo con sólo imaginar esa mezcla de envidia y admiración. Notar ese desprecio en los ojos de los transeúntes tiene que ser muy reconfortante.
Lástima que mi vocación sólo produzca costumbrismo humorístico con frecuencia no superior a una vez cada seis meses. Para colmo, esto lo hacía mucho mejor con 28 que con 29. Y ahí es cuando el que va mirando con asco por la calle soy yo, y la condescedencia es siempre de los que se cruzan conmigo.
3- Guionista de los buenos. En la misma línea que la anterior pero con gafas de pasta en lugar de coderas y melena en lugar de raya a un lado. Más fiestas, menos debates, más rock and roll y menos café, pero por ahí van los tiros.
¡Ah!, y más drogas, más baratas y con el aliciente de un ambiente social receptivo.
4- Deportista de elite, preferiblemente jugador de baloncesto. Si bien esta opción carece del respeto intelectual que proporcionan los deseos 2 y 3, y no necesariamente aporta el aspecto exterior del deseo 1, cuenta con una de las mejores cosas que se pueden tener en la vida: la gloria física. La canasta ganadora en el último segundo, la última recta que culminará la remontada, la tierra batida pegada en la camiseta y las repeticiones a cámara lenta.
Este es el deseo más inasequible de todos porque por mucho que haga o hubiera hecho anteriormente, el físico da para lo que da. Quién sabe, a lo mejor uno de estos días me pongo con el curling, pero seguro que no va a ser lo mismo.
¡Ay mi madre! Me he entretenido con la lista y sólo me quedan un par de horas. Que conste que todo esto lo escribo como veinteañero con prisa, y que como tal debe ser juzgado por las generaciones futuras y presentes. ¡Ay ay ay!
Paso a la siguiente lista programada, y en cuyo incumplimiento debo afanarme en el futuro más cercano.
Cosas que puedo llegar a ser a los 40
1- Aburrido. Después de 17 años de trabajo de oficina y descansos para fumar, me morderé las uñas junto a mi hijo de 8 años mientras vemos al Madrid por la tele. Es posible incluso que la tele siga siendo la misma que tengo ahora. Muy inquietante. Pocas palabras, risa aspirada con los chistes de mis dos subordinados y polos de colorines que le encantarán a la aburida de mi mujer. Si tu vida es una mierda, deja que la ropa hable por ti.
2- Agobiado. La situación anterior me lleva directamente a esta. Me compraré un Porsche y lo conduciré con una visera que tapa las consecuencias recientes de mi implante de pelo. Lo haré aunque sepa que no me lo puedo permitir, especialmente si tengo en cuenta las estrecheces en que vivo tras el divorcio. Me reiré de haber caído en lo que con 29 consideraba un estereotipo despreciable. Qué coño sabría yo de la vida por aquel entonces. Recojeré en la universidad a mi novia de 20 años. Sospecharé que me la pega con otro, un pimpollo que estudia comunicación audiovisual y que hace un corto sobre malos tratos. El protagonista llevará una gorra como la mía. Me cagaré en su puta madre.
En el trabajo me irá muy bien, sólo tenía que hacerme a la idea de lo bueno que es en realidad. Aún así, nunca tendré un duro.
3- Nostálgico. De esto sí que no me libro. Sabiendo que ya lo soy con “casi” 30, en diez años seré un llorón. Amargaré la vida a los hijos de mi mujer con frases del tipo “cené solo en mi cumpleaños. No, la abuela y la tía estaban de viaje”. Entonces me contestarán que sólo tienen 7 años y la primera mitad de las vacaciones de Navidad le toca a su madre. Mientras me tiran los puntos de la coronilla pensaré que los valientes se suicidan y después me iré a dormir, que mañana hay que trabajar.
4- Frustrado. A la lista de cosas que no había conseguido ser antes de los 30, se sumará el fulano en que me habré convertido. Sólo podré reconocer el talento ajeno por una cosa: será el blanco de todas mis críticas. Apabullaré a los becarios, recelaré de mis compañeros y no podré ver en la tele otra cosa que deportes y Cifras y letras. Intentaré generar directamente el odio que codiciaba previamente como premio a mis merecimientos. Sólo utilizaré el Porsche los fines de semana porque me dará vergüenza llevarlo al trabajo. No querré que me compadezcan, querré que me odien. Seguiré yendo en taxi.
5- Desarraigado. Años antes habré discutido con mi familia y amigos, en distintas fases y de modo gradual, acrecentando cualquier atisbo de distanciamiento preexistente. Mi madre me dirá frases lapidarias e hirientes a las que habré dejado de prestar atención. Mi hermana me invitará a comer los domingos para enseñarme fotos: “de pequeños eran tan buenos”.
A 100 minutos del primer gran mazazo de edad que me caerá en la vida, quiero creer que nada de esto pasará. Pienso que pasearé camino de casa de mi hermana por el moderno barrio céntrico de alguna capital europea, con tres libros autografiados bajo el brazo izquierdo y un carrito con un bebé que sonríe desde dentro con la tranquilidad de que su padre se ha convertido en vida en la persona que quería ser. Pienso que ya conozco y vivo con su madre, y que quizás ese libro ha germinado ya en alguna parte de mi cerebro. Quiero pensar en las caras de asco de mi futuro vecindario, y comprender que el destino me conduce irrevocablemente a la felicidad.
Mi abuela, que no era Ingrid Bergman pero que decía las frases con mucho salero cuando estaba de buen humor, solía decir con el dedo índice levantado: “hombre precavido vale por dos”. En este último párrafo, que no pretende más que dar algo de coherencia a una sucesión inconexa de ideas, añadiré al refrán lo siguiente: “hombre precavido vale por dos: el hombre que eres, y el hombre que quieres llegar a ser”.
Y ahora, aunque aún no estoy oficialmente jodido (queda un poquito más de una hora), ya puedo sentarme a esperar. Y ojalá que cuando me levante tome las decisiones correctas.
miércoles, 16 de junio de 2010
lunes, 14 de junio de 2010
Cosas que en España son de izquierdas o de derechas
Identificación con Israel
Condena del holocausto, pero menos que del régimen comunista de Stalin
Apoyo total a EEUU
Odio compulsivo a Obama
Leer: sé que sirve para algo, pero no tengo tiempo
Cine: taquillazo americano. El cine español es una mierda. Yo no voy al cine a que me eduquen
Impuestos: no sirven para nada. Me están robando mi dinero. Engaño a hacienda
Defensa del crucifijo en los colegios y cualquier otro ámbito público o privado
Rechazo al velo islámico en los mismos ámbitos
Fe inexistente en el modelo autonómico
Sólo hay dos idiomas: el español y el inglés. El resto son dialectos de estos
Zapatero: el demonio
Rajoy: inútil pero voluntarioso
Esperanza Aguirre: la deseada
Aznar: el Mesías
Gallardón: traidor, mentiroso, chaquetero. No representa para nada a la derecha
Franco: hizo lo que tenía que hacer. Hizo muchas cosas buenas. No soy franquista
República: no funcionaba. Antes de la Guerra civil hubo otros alzamientos de otros bandos. Viva el rey
Real Madrid
Pelo liso
Jerseys y corbatas de colores
Estilo aseado
Golf
ABC, La Razón, El Mundo, Antena 3, Intereconomía
El cambio climático se lo han inventado los de izquierdas. Es un negocio como otro cualquiera. He visto datos
Fue ETA
El autor de este post es un izquierdoso-perroflauta-marxista-ecologista
O estás conmigo en todos y cada uno de estos términos, o estás contra mí
Izquierdas
Identidicación con Palestina
Condena del holocausto como la mayor barbarie de la historia de la humanidad
¿Stalin? Háblame del Ché Guevara o de Fidel Castro
Antiamericanismo
Obama es grande
Leer: ¿para qué?
Cine: el cine español es excelente. Las películas de Hollywood son una mierda (excepto las de los 50 y los 70, que son buenísimas)
Impuestos: cuantos más mejor. Engaño a hacienda
Defensa del velo islámico en los colegios y cualquier otro ámbito público o privado
Rechazo al crucifijo en los mismos ámbitos
Fe total en el modelo autonómico, pero hace falta más descentralización
El español se llama castellano. Me encantaría saber hablar esukera, catalán y gallego
Zapatero: inútil pero voluntarioso
Rajoy: sencillamente inútil
Esperanza Aguirre: el demonio
Aznar: el demonio también, pero más
Gallardón: honesto, inteligente. Representa lo que debe ser la derecha
Franco: aún peor que Aznar, pero no mucho peor
República: todo iba bien hasta que Franco se levantó en armas. Viva el rey
FC Barcelona
Pelo rizado
Chaquetas de pana
Estilo descuidado
Malabares
El País, Público, Cuatro, Telecinco, La Sexta
El cambio climático existe y es urgente atajarlo. He visto datos
Fueron Al Qaeda y Aznar
El autor de este post es un facha-neocon-capitalista-nacionalista español
O estás conmigo en todos y cada uno de estos términos, o estás contra mí
miércoles, 5 de mayo de 2010
Me acabáis de vender...
jueves, 28 de enero de 2010
Reflexiones sobre mi gato
lunes, 5 de octubre de 2009
Aprende a ser creativo en 10 cómodos pasos
1- Sé raro: es absolutamente imposible ser creativo si te duchas y te peinas todos los días. Nadie con una camisa blanca inspira la menor confianza a la hora de parir nuevos conceptos. En caso de que tu guardarropa sea excesivamente pulcro, tranquilo, aún hay esperanza. Bastará con que, por ejemplo, arranques una manga a cada una de tus prendas.
Consejo: Muéstrate vulnerable, pues tu futuro profesional pasa por ser diferente: la ropa no es amor.
2- Drógate mucho: como no todo es imagen, es fundamental que no sólo tu armario esté manga por hombro, tu cabeza también debe estarlo. Empieza con sustancias flojas, pero sé creativo desde el primer momento: la cerveza no nos sirve. El cajón de las medicinas es todo un filón, ya que probablemente puedas encontrar en él excitantes y calmantes por doquier. Las efedrinas y el valium pueden ser un gran comienzo, sobre todo si empiezas a llevarlas en un pastillero de alegres colores. Intenta comerte tres o cuatro de cada por día. Sabrás que ha llegado el momento de pasarte a lo duro cuando empieces a sentirte mal con tu régimen diario. Confía en tu cuerpo, él será tu mejor aliado.
Consejo: Según empieces a medrar en tu nueva profesión, recuerda que la apología de las drogas te será de gran ayuda. En caso de que seas uno de esos "tipos sanos", olvida tus miramientos y aprende a liarte porros que después se fumarán los demás. Puedes comentar que dejaste las drogas porque ya no te ayudaban a crear y te embotaban la mente. Sólo hay una cosa más guay que ser un drogadicto, y es precisamente ser un ex-drogadicto.
3- Tatúate: ¿son los bebés creativos? Puede, pero ¿a quién coño le importa? Tu piel de bebé necesita ser adornada cuanto antes con arte corporal o cicatrices de pinchazos. Nadie te tomará en consideración como creativo a no ser que vivas completamente al margen de la sociedad. Los tatuajes que no se ven, no puntúan. Las formas simples sobre la piel pondrán de manifiesto que conservas tu visión infantil de las cosas: bienvenido al mundo mágico de Narnia, donde todo es posible.
Consejo: Unas estrellas junto a los ojos, o una luna con rasgos de anciano gordo pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre el yonki y el artista.
4- Trabaja en las sinergias: una vez que has trabajado tu vestuario, tu piel y tus adicciones, es el momento de buscar alianzas estratégicas. ¿Recuerdas tu brazo sin mangas? Sácale todo el partido que puedas: tatuajes, depilaciones estrafalarias e incluso una goma ceñida para marcar las venas son solo algunas de las posibilidades. Sin duda, tu nuevo estilo de vida te permitirá alcanzar nuevas cotas en este sentido. No olvides que, a veces, las ideas más estúpidas acaban siendo las mejores.
Consejo: No te cortes intelectualmente, hazlo físicamente en todo caso, para tener originales cicatrices en tus brazos (si optas por este concepto, evita hundir en exceso la cuchilla, pues un leve corte en la epidermis ya dejará marca).
5- Trabaja tu mirada: en ocasiones, cuando empieces a mostrar tus ideas al mundo, éstas pueden ser rechazadas por pequeños detalles. Sin lugar a dudas, la falta de aplomo puede ser uno de ellos. Si tienes dificultad para decir estupideces sin ruborizarte, no te preocupes, es sólo cuestión de práctica y una buena mirada. Ahora que ya has conseguido una apariencia física y mental apropiada a las exigencias de un creativo, no temas refugiarte en ella para que tus opiniones sean tenidas en cuenta. Completa el aplomo que te da tu nuevo físico con una mirada inquietante.
Consejo: Mira firmemente al receptor de tus pensamiento esforzándote por cerrar los párpados hasta que casi no veas nada. Así sabrán que eres un tío serio y que contigo no se juega. Con este truco, cualquier cosa que sueltes por la boca será tenida en cuenta.
6- Juega en mayoría: quien te haya dicho que para ser creativo es fundamental tener ideas, te ha engañado. Lo más importante, de hecho lo único importante, es que seas rápido descartando las propuestas ajenas: no entres siquiera a valorarlas, pues hay mucho becario listillo que puede intentar fastidiarte. ¿Recuerdas el factor de la mirada? Tan importante como ésta es hacer camarilla con otras personas a la hora de rechazar propuestas. Para ello, no hay mejor opción que la de adornar tu caída de párpados con un ¿por qué? para todo. Para comprobarlo, incluiremos una ficción dramatizada de lo que puede ser tu próximo brainstorming:
- Cliente: necesitamos vender más productos, y acudimos a vosotros en busca de una idea revolucionaria.
- Becario (típico trepa que no cree en tu trabajo y quiere quitártelo): he pensado que podríamos hacer una acción de street marketing. Gente que reparta los flyers mientras baila y...
- Tú: ¿por qué?
- Becario (no subestimes las inseguridades de estos personajes): ...
- Director: Eso es, mejor vamos a trabajar primero el concepto.
Consejo: Así de sencillo. Un ¿por qué? bien estructurado y dicho de forma natural puede posicionarte de forma inmejorable como creativo.
7- El inglés: ¿cojeas con el inglés? Tanto si la respuesta es afirmativa como si es negativa, en realidad da igual. Hay ciertos conceptos que debes repetir constantemente en las reuniones para dejar claro que estás en la vanguardia de lo moderno. Hay otros, pero los siguientes son los fundamentales para empezar:
(Definiciones incluidas en el paquete ampliado del curso)
Astroturfing, buzz, brainstorming, breafing, tuning, timing, marketing, viral action, learning, manager, reflecting, crisis (pronunciado craisis), loan program, seeding, etc. Empieza a decirlas de forma aleatoria, pues te darán un plus de conocimiento frente a los demás, independientemente de que lo tengas o no. Ej.: El briefing tendrá un buzz aplicable a marketing. El timing para el manager no pasará del brainstorming.
Consejo: Las combinaciones son infinitas. Atrévete a reforzar el mensaje con contenidos impactantes en tus camisetas. De nuevo, aprovéchate del trabajo creativo de los demás.
8- Profesionalízate: evita trabajar en vano. Tú eres un creativo, un profeta, Mahoma llamando a la montaña. Sería absurdo que, además de iluminar el camino, tuvieras que construirlo. El trabajo supone un desgaste inncesario para tu boyante creatividad. Todos lo entenderán y te admirarrán por ello.
Consejo: En caso de que aún alguien te exija implicarte en la ejecución, deduce que has hecho algo mal. Quizás sea un problema de caracterización, y tendrás que asumir que es el momento de explorar el campo de los tirantes y el sombrero de ala corta. Mano de santo.
9- Desarrolla tu sentido del humor: por el motivo que sea (que aquí desconocemos) se ha instaurado en la sociedad el cliché de que un creativo debe ser una persona graciosa. Si consigues llevar tu humor hacia un terreno absolutamente ofensivo para los demás, habrás ganado mucho. Algunos de los "hot topics" (añade este concepto al apartado 7) en este sentido serán necesariamente: machismo recalcitrante, antisemitismo, racismo y clasismo extremo, y la joya de la corona, el sexo en todas sus variantes. Por algún motivo que aún no ha sido estudiado en profundidad, la proliferación de estos comentarios ofensivos no sólo despierta la risa en los demás, sino que también deviene en un extraño sentimiento de respeto hacia quien los profiere, dotándole de un aura exactamente opuesta a aquello que expresa. Por ejemplo, si dices "todas las judías son unas zorras" mientras ves La lista de Schindler, tus compañeros de visionado asumirán inmediatamente que eres una persona creativa y muy alejada de cualquier planteamiento nacionalsocialista, y por lo tanto, reirán con alborozo todos tus comentarios subsecuentes.
Consejo: A poco que desarrolles lo que aquí conocemos como "tonalidad irónica", podrás salir beneficiado al decir todas las barbaridades que se te pasen por la cabeza.
10- Odia a tus congéneres: ésta es la clave absoluta del buen creativo. Abuchea a tu entorno, zancadillea a las ancianas, escupe a los bebés. Detesta todo aquello que consiga una mínima consideración social y siempre lograrás ser "el diferente". Citaremos como ejemplo la siguiente situación: si quieres que te suban el sueldo, no tienes más que despreciar el dinero. Con comentarios del tipo "la sociedad sólo entiende de dinero" o "trabajo por pasión, me insultas hablándome de dinero", lograrás que te dupliquen el sueldo en menos de dos meses.
Consejo: desprecia al mundo como el mundo te desprecia a ti. Los creativos no tienen amigos, sólo followers (vocablo a incluir también en el apartado 7).
Cuando hayas cumplido y ensayado todo lo anterior, y tengas un buen sueldo, una gran reputación como creativo y toda la parafernalia, no olvides hacer tu contribución económica al creador de esta lista. Desprecio la pasta y te desprecio a ti, pedazo de mierda, pero debo darte un último consejo: las ideas se acaban, así que pilla todo el dinero que puedas por el camino antes de que esos becarios hijos de puta aprendan a aguantarte la mirada.