miércoles, 14 de enero de 2009

En las piscinas vacías de los asesinos huele a madreselva

Tras este título pretencioso se esconden dos de las mejores frases del género negro, ambas paridas por Raymond Chandler con diferentes destinos. Por un lado, tenemos la mítica frase de su novela "El largo adiós", todo un clásico del género en el que podíamos leer entre otras muchas genialidades: "No hay nada tan vacío como una piscina vacía". La otra parte del título pertenece a la película "Perdición", cuyo guión lo escribieron mano a mano Chandler y el director Billy Wilder, y en la que el protagonista y su sombrero dicen "El asesinato huele a madreselva". Ese mundo es el que me cautiva en estos momentos más que ninguna otra cosa, si exceptuamos una mezcla de té conocida como Gracia Blend Red y que es una auténtica maravilla.

Llevo un tiempo metido de lleno en el cine negro, única temática en la que, con el mismo material de partida, el cine sabe ser mejor que la literatura. Ahí tuvimos al ya citado Raymond Chandler, un genio a la hora de poner frases lapidarias en boca de su mítico Phillip Marlowe, o a Dashiell Hammett, imaginando problemas y más problemas para su Sam Spade, y todos ellos, en realidad, encendiendo un cigarrillo tras otro en la boca de Bogart, con su sombrero y su gabardina, definiendo la honestidad por contraste con banqueros, políticos y productores de cine.

Amo ese mundo por encima de todos los demás: mujeres fatales que saben cantar, abofetear, beber y volver loco a un hombre; hombres duros, de vuelta de todo y un poco más, alcohólicos, fumadores y justicieros, que sólo hablan de ellos mismos y con poco detalle. Cuendo era pequeño yo quería ser uno de esos y ligarme a las chicas que se ligaban ellos. También me hubiera valido ser John Wayne, pero esa es otra historia. Supongo que es inevitable sentirse atraído por un mundo en el que no hay nada que no se pueda arreglar con un whisky con soda en una barra solitaria.

Mi Jim McGarcía nace de ese mundo, aunque lógicamente esté salpicado por años de sitcom americana y mala leche gallega. En estos días de frío y nieve, en los que me pregunto en dónde está el Paco de Jim para poder contarlo, no puedo evitar pensar que, esté donde esté, allí olerá a madreselva, a pólvora y a Chanel No. 5.

3 comentarios:

wishmaster dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
wishmaster dijo...

Muy saludable obsesión. Y me suena bastante. Tengo por casa en DVD unas cuantas de Bogart que no sé si habrás visto:

El halcón maltés
En un lugar solitario
Llamad a cualquier puerta
Callejón sin salida
El sueño eterno

Si te interesa alguna avisa y cuando me pase por ahí te la llevo. Y por cierto, inexplicablemente me falta una de mis favoritas, Tener y no tener.

- Antonio C - dijo...

Me encanta leerle y pasarme de vez en cuanto a hurtadillas por su lugar. Aunque me hubiese gustado alguna mención a otro célere gallego negro: el Pepe Cervalho de Montalbán.

Un saludo.