lunes, 7 de julio de 2008

Ten fe en tus mentiras (2008)

Ya tiene la frase. La frase con la que escribirá un relato/cuento/poema/novela. Será un trabajo ganador. Ganará dinero y se comprará cosas. Comprará coches, casas, sexo, AMOR.

Ten fe en tus mentiras. Tiene la frase, pero, ¿quién la pronunciará? ¿Será el título de su obra maestra? ¿Será la frase que la introduzca? Puede que el relato acabe así:
Un abogado se abraza a su cliente antes de afrontar el interrogatorio final, después de terribles dilemas morales por saber culpable a su defendido. Es posible que sea un mensaje de Dios a San Pedro. O de San Pedro a Dios. Nononononononono, mejor será el slogan de campaña de un político futurista, cuyos acólitos se contarán entre los llamados “sinbrain”, una secta mutante nacida de entre las cenizas de un holocausto nuclear que…

- Vaya mierda, piensa.

Se centrará en la frase. La frase lo es todo. Ten fe en tus mentiras. Quizá sea el momento de descansar un poco. Tras una siesta estará mejor. Ahora no puede pensar con claridad.

El sol le da de lleno en la cara, está empapado en sudor. Hace mucho tiempo que no sueña nada y hoy no ha sido una excepción. De su boca pastosa sale La Frase como una bocanada de humo. Ten fe en tus mentiras. Se está obsesionando. Sabe que está divagando pero no puede parar de hacerlo. ¿A quién le atribuirá la frase?

¡Ya lo tiene! Será una especie de autobiografía. Un escritor frustrado y desquiciado por la falta de éxitos decide crear un personaje para sí mismo: el escritor de best-sellers. Sabe que no será fácil pero tiene la fórmula magistral, debe tener fe en sus mentiras.

Se levanta del sillón, baja las escaleras de su casa, tropieza con la alfombra del portal y de camino a la librería profiere innumerables maldiciones relacionadas con las alfombras mal colocadas, los portales sucios y las uñas de los pies largas. Ya en la librería lleva a cabo metódicamente una selección de portadas de colores brillantes, letras mayúsculas y títulos que prometen enigmas, sexo o ayuda.

Vuelve a casa.

Vuelve a tropezar con la alfombra.

Empieza a leer.

Se sorprende, devora los libros. Todo lo que lee le divierte sobremanera. Empieza a sentirse a gusto, se ducha, se afeita y le agrada ver a otra persona en el espejo.

Sigue leyendo.

Empieza a escribir, vuelve a hacerlo con soltura. Escribe relajado, con la conciencia tranquila. Describe mundos lejanos, vidas interesantes, secretos, hermosas mujeres.

Termina. Se siente orgulloso del final de su novela. Es un final inesperado. Por un momento, se dice, casi se sorprende a si mismo. Sonríe. Había oído hablar de la autocomplacencia, siempre mal, pero descubre que es una sensación muy agradable.

Comienza a mover el manuscrito. Le llaman muchos editores. Tu libro es un éxito le dicen.

Compra casas, coches, sexo.

Se suicida.

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No soporto a este tío. Será mejor que empiece de nuevo. Retomaré la frase. Tenía la frase.

Ten fe en tus mentiras…

1 comentario:

Oliver Ado dijo...

Gran frase la tuya.

George Costanza decía: "It's not a lie, if you believe it".

Buenas filosofías de vida en muchas temporadas.