miércoles, 2 de julio de 2008

Tiro al palo: aún no estoy para que me internen

Bueno, después de un poquito de bazofia de autoayuda, precedida por un ejercicio amoroso de los que me acercan a la camisa de fuerza, puedo confirmar que con crisis o sin crisis, aún no me he vuelto loco. Según mi psiquiatra (sí, sé que dicho por Woody Allen tiene más gracia) aún no me he vuelto loco, pero me está quedando bastante claro que mi actual postura ante la vida puede conducirme a redecorar mi habitación con paredes acolchadas. Por muy atractivo y cómodo que pueda parecer este cambio en el mobiliario, creo que, por ahora, me conviene hacer ejercicio, tomarme las miserias propias y ajenas con más calma, y abonarme a lo que se conoce como pensamiento positivo: ¿que el mundo es una puta mierda?, puede ser pero, visto lo visto, a partir de ahora mejor lo consideraré una planta de reciclaje.

Hay que joderse. Pongamos que mañana salgo a la calle y me lío a hostias con todo lo que no me gusta: todos esos tipos mediocres, autocomplacientes, averiados, maleducados, vagos, recelosos, rezumantes de grasa, sudor, cera y estupidez. ¿Qué pasaría? Que me meten en la cárcel. Sin embargo, a esos mismos tipos que me sacan de quicio con sus memeces hasta hacerme perder el juicio, a esos, no les pasa nada. Y encima votan los cabrones. Yo digo: "seamos libres, leamos, amémonos, no toquemos los cojones de los vecinos gratuitamente, seamos respetuosos, bailemos, bebamos, follemos y charlemos". Ellos dicen: "Muuuuuuuuuuuuuuuu (y con peor acento que las vacas)" y la sociedad les premia por ello con la bendición de la democracia. Esto es: "¿Ves ese tipo de ahí? Sí, ese que es mejor que tú en todo. Pues con tal de que alimentes el sistema con un papelito en una urna, yo me encargaré de que él esté cada vez más jodido y tú cada vez mejor. Vivirás cual cerdito feliz en pocilga de diseño".

Pero no teman, no están asistiendo al nacimiento de otro burro fascista. En lo que a mí respecta, los fascistas, los comunistas, los liberales, los moderados, los demócratas, los verdes, los nacionalistas y los panaderos en general, pueden coger sus ideologías, sus vestidos, sus gestos, sus símbolos y sus códigos, hacerse un paquetito con todo ello y metérselo por su democrático culo. Y se preguntarán, ¿cómo puede ser democrático el culo de un fascista? Sospecho que habiendo leído la pregunta no necesitarán ya de una respuesta. Si alguien sabe de democracia son los fabricantes de retretes. Ahí es donde se encuentra la verdadera "esencia" de la democracia.

Por cierto, por si fuera necesario, me parece importante dejar claro que este no es un post sobre política.

Les dejo por hoy. Voy a ver ET el extraterrestre con una pastillita debajo de la lengua. Paz hermanos.

P.D.: pido perdón a todos los que no merezcan estas ofensas. Especialmente a los panaderos.

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